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Ni reposo ni dietas milagro: Falsos mitos sobre cómo combatir la migraña crónica
Ciencia
Publicado en 05/08/2024

Dos de cada cien personas sufren migraña crónica en todo el mundo. Es lógico que los afectados intenten buscar soluciones a sus sufrimientos modificando ciertos hábitos cotidianos. Sin embargo, hay que ser cautos, porque circulan muchos mitos alrededor de supuestos remedios que a menudo no están avalados por la ciencia.

Síntomas que amargan la vida


La migraña crónica se define como una cefalea primaria (dolor de cabeza no causado por otra enfermedad subyacente) con algunas peculiaridades. Debe cursar durante más de tres meses con 15 días o más de dolor de cabeza cada mes. De dichos episodios, al menos 8 tienen que presentar características migrañosas y cumplir con ciertos criterios:

  • Dolor de tipo pulsátil (suele afectar a un lado de la cabeza).
  • Náuseas y vómitos que acompañan al dolor.
  • Sensibilidad a la luz y al sonido.
  • Fatiga y dificultad para concentrarse.


Como cabe imaginar, estos síntomas hacen mella en la vida personal, la productividad laboral, el ocio y el bienestar psicológico. ¿Qué pueden hacer los afectados? A continuación veremos qué hay de cierto en las creencias populares más arraigadas.

Mito 1: cuando tengo jaqueca, debo permanecer en reposo

Existe la idea de que hacer ejercicio puede desencadenar un ataque de migraña o empeorar la situación si padecemos uno. Sin embargo, varios estudios han demostrado que la actividad física reduce el número, la intensidad y la duración de los episodios.

Lo mejor es combinar ejercicio aeróbico (como nadar, caminar o correr) con el ejercicio de fuerza y seguir las siguientes precauciones:

  • Hidratarse adecuadamente. A pesar de que se necesitan más investigaciones, se ha observado una asociación entre una hidratación insuficiente y la aparición de brotes de migraña.
  • Evitar hacer ejercicio físico con temperaturas extremas. Esto podría aumentar la deshidratación y poner al cuerpo en un estado de alarma que desencadene un nuevo brote.
  • No excederse. Cada persona debe identificar los límites de tiempo e intensidad a partir de los cuales aparecen sus síntomas para no sobrepasarlos. 

 

 

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